La divisa estadounidense cortó una racha negativa de tres jornadas consecutivas a la baja tras anotar su peor balance semanal en lo que va del año.
El dólar en Uruguay logró un pequeño repunte tras su cuarta semana a la baja consecutiva y con el peor valor mensual en lo que va del año, pero todavía está lejos de recuperar lo retrocedido en un tercer año seguido con tendencia a la baja de la moneda.
La suba del 0,14% le permitió al dólar en el mercado cambiario local recuperar algo del valor perdido durante la semana pasada —que tuvo tres bajas consecutivas—, si bien no fue suficiente para volver a la franja de los 39 pesos. Con una cotización de cierre de 38,811 pesos, según los datos oficiales del Banco Central del Uruguay (BCU) la divisa estadounidense sigue, además, lejos de las expectativas de los agentes económicos que, para fines de febrero, esperaban un tipo de cambio en torno a los 39,20 pesos.
Asimismo, el billete verde acumula una depreciación del 0,6% en lo que va de marzo, el doble de lo perdido en febrero, profundizando la tendencia débil del dólar en el país ya advertida por los analistas y que no pudo siquiera acoplarse al buen momento de la divisa a nivel internacional. Ahora, en contrapartida, el índice dólar también atraviesa un momento marcado por las caídas, y el viernes cerró con un valor mínimo en dos meses.
Mientras tanto, el año también mantiene un saldo negativo, con un retroceso acumulado del 0,54%, dando cuenta de que si bien la característica principal de este primer trimestre es un comportamiento “planchado” del dólar, la divisa estadounidense sigue retrocediendo progresivamente frente al peso.
El atraso cambiario, otra vez en el centro de las preocupaciones
Nunca dejó de ser un problema, dirían los afectados, ya que el país lleva 24 meses seguidos de pérdida de competitividad, y el tipo de cambio es clave en ello. Sin embargo, en las últimas semanas la preocupación volvió a ponerse en medio de la escena, en un contexto de campañas electorales que inician y luego de que el gobierno no hiciera mención a la cuestión en su rendición de cuentas económica.
Los sectores productivos y exportadores son los que aprovecharon las tradicionales muestras agroindustriales de principio de año para advertir sobre el atraso cambiario que, además, podría verse profundizado —o, al menos, no vería cambios positivos— con la decisión del BCU de priorizar el control inflacionario a partir de una pausa en los recortes de la Tasa de Política Monetaria (TPM).
Según los datos oficiales, el tipo de cambio real del dólar en Uruguay se encuentra casi un 16% debajo de sus fundamentos, una cifra mayor que el 11% admitido por el gobierno en diciembre de 2022, cuando los reclamos del agro sobre la cuestión eran frecuentes.
En ese sentido, “el atraso cambiario es real e incide fuertemente en la competitividad del país”, aseguró el presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA), Alfredo Lago, durante el lanzamiento de la zafra del cereal el fin de semana y frente al presidente de la República, Luis Lacalle Pou.
Unos días antes, el presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), Patricio Cortabarría, había adelantado que la gremial plantearía ese tema a los precandidatos presidenciales durante la campaña.
En tanto, las medidas fiscales y de apertura cada vez más están en el centro del debate como una posible solución al atraso cambiario que ya arrastra una caída del dólar del 10,35% en 2022, del 2,62% en 2023 y del 0,54% parcial en lo que va del 2024.