Maldonado tiene una norma que se aplica a cuidacoches, limpiavidrios y personas en situación de calle que podrían trabajar de manera formal.
La “Ley de Política Social” de Uruguay, también conocida como “Ley de Vagancia”, se encuentra vigente en el vecino país desde 1941. Sin embargo, en los últimos años había quedado en desuso, hasta que la Intendencia de Maldonado, la Policía, la Fiscalía y el Poder Judicial dispusieron retomar el protocolo para reforzar la seguridad en uno de los puntos más turísticos del país.
La directora de Asuntos legales de la Intendencia de Maldonado y ex jueza, Adriana Graziuso, destacó en Siempre Juntos, por Cadena 3 Rosario que “los vagos están definidos por la propia ley, y son los que ‘no teniendo medios lícitos de subsistencia, no ejerzan profesión u oficio y siendo aptos para el trabajo, se entregan a la ociosidad’”. “La norma comprende a los mendigos, que también tienen que ser aptos para el trabajo, pero que se dedican de modo habitual a mendigar públicamente o estando inhabilitados por invalidez, enfermedad o vejez, lo hicieran en lugares donde hubiera establecimientos destinados a asilarlos o socorrerlos”, añadió.
La funcionaria uruguaya diferenció lo que es “la ociosidad de no tener posibilidades de trabajo”. En ese marco, detalló que “por supuesto que el juez se va a basar en un estudio, en un trabajo social, averiguará y verá las condiciones de esas personas” antes de tomar una decisión. “Hemos detectado mucha gente que viene de diversos lugares del país, y hay posibilidades de trabajar acá en Maldonado, pero prefieren hacer de cuidacoches, pedir limosna, pedir algún dinero para comer, etc”, continuó.
“A ellos se les intima residir en un lugar determinado o prohíbe estar en cierto lugar por el término que se establece. Eso muchas veces porque venían de otros lugares, sin organización ninguna de donde se iban a quedar, pernoctan en las playas, en las pasarelas, constituyendo todo un peligro hasta sanitario”, subrayó.
Graziuso comentó que “hasta se prevé un régimen de internado en establecimiento con trabajo obligatorio”. “En nuestra constitución el trabajo es obligatorio para todos, dice que todo habitante, sin perjuicio de su libertad tiene el deber de aplicar sus energías intelectuales o corporales en forma que redunde en beneficio de la colectividad, la que procurará ofrecer la posibilidad de ganar su sustento mediante el desarrollo de una actividad económica”, aclaró. Y concluyó: “Es obligatorio en nuestro país trabajar para sobrevivir y creo que es una ley de la naturaleza. El que no trabaja, el que no hace lo posible para sobrevivir, es expulsado de una comunidad porque no tiene la obligación de mantenerlo”.